Historia de San Valentín. Por An.✿

El amor nos hace hacer locuras, lleva hasta los limites nuestra pasión y sacrificamos todo por la persona a la que amamos. Eso es lo que me sucedió a mi...
Conocí a Rafa cuando iba al instituto, al principio no me gustaba, es decir, lo encontraba guapo porqué lo era, aún continua siendo el chico mas guapo que alguna vez haya visto, su piel morena, sus ojos negros y penetrantes, su sonrisa capaz de encandilar a cualquiera, tenía el pelo largo y siempre lo llevaba en una coleta, su cuerpo era de infarto pero su carácter era explosivo. Él siempre estaba rodeado de problemas, si no los causaba él los causaba alguno de sus amigos, ellos se creían los dueños del mundo y menospreciaban las normas que los otros imponían.
Él me dijo que se fijo en mi el día que llegué al instituto, yo llegué nueva a la mitad del curso, mi madre había muerto de cáncer y ahora me tocaba ir a vivir con mi padre al que detestaba, con él mi relación era nula desde hace años. No es que fuera mal hombre pero es que simplemente no sabía tratar con una adolescente y mucho menos con una que acababa de perder a su madre.
Así que ahí estaba yo, la nueva chica triste que no hablaba con nadie pero que todo el mundo se había fijado en ella, si, puede que sea vanidoso pero siempre he sido bastante guapa o al menos graciosa, soy alta y tengo buena figura, eso se debe a los muchos años que practique la gimnasia rítmica, mis ojos son de un verde intenso y mi cabello de un marrón rojizo de manera que si, siempre se han fijado en mi por mi físico. Los primeros días pasaron sin que apenas yo hablara con nadie, solo con un par de chicas que iban a mi clase, fue el cuarto día el que yo lo vi por primera vez, salí de clase para ir al baño, necesitaba ir urgentemente ya que presentía que mi amiga de todos los meses estaba haciendo acto de presencia, fui al baño de mujeres y ahí estaba él apoyado en la pared y fumando un cigarrillo:
– Este es el baño de chicas.- le dije.
– Vaya ¿no me digas? ¿qué harás sacarme a patadas?
– No, no tengo ganas de hacer un esfuerzo tan grande.- el se rió.
– ¿No tienes que estar en clase?
– ¿Y tu?
– Yo me aburría ¿y tu?
– Pues yo creo que me está bajando la regla por eso he salida.
– Ah tia, eso es asqueroso, demasiada información.
– Tu has preguntado...ahora si me permites.- entré en uno de los baños y cerré la puerta, creí que él se iría pero no fue así.
– ¿Así te ha venido o voy a ser tio?- preguntó risueño.
– Vas a ser tio de gemelos.- le respondí irritada.
– Ai ¿no te han explicado lo de los condones?
– Cállate.- terminé del baño, como sospechaba me había bajado el periodo, terminé de abrochar mis pantalones y salí.
– ¿Así que haces esta noche?- me preguntó él.
– Dormir.
– ¿Y mañana?
– Mañana tengo que acudir a las reuniones de mi secta.
– ¿Eres de una secta?- preguntó con una ceja alzada.
– Sí, y ahora que lo recuerdo...mañana tenemos que sacrificar a algún idiota con una enorme bocaza que fuma a escondidas en los baños de mujeres ¿Te presentas voluntario?
– ¿Vamos a tener sexo antes de que mates?
– No.
– Pues así no, lo siento.
– Pues nada.-Salí de baño solo para notar que el me estaba siguiendo.-¿Y ahora qué?
– No me has dicho tu nombre.
– No me lo has preguntado.
– Te lo pregunto ahora.
– Me llamo Bruna.
– Yo soy Rafa, encantado.- me dijo sonriendo y extendiendo su mano hacía mi.
– Igualmente, supongo.- le dije dándole la mano.
– Ya nos veremos por aquí.
Se fue por las escaleras y yo seguí por el pasillo de nuevo hasta mi clase.
Los días que siguieron me encontré mas veces con él, no hablábamos, pero simplemente de vez en cuanto le sorprendía mirándome fijamente, cada vez que pasaba eso yo me sonrojaba y miraba para el otro lado.
Tuvieron que pasar dos semanas para que él volviera a hablar conmigo. Se habían terminado las clases y se suponía que mi padre tenía que venirme a buscar, pero ya pasaban 10 minutos y no había señales de él por ningún sitio. Había pensado en volverme a casa en autobús pero aun no conocía lo suficiente la ciudad, no tenía dinero para un taxi y mi móvil estaba sin batería. Resignada me dejé caer sobre un banco y esperé a que mi padre se acordara de mi, después de 15 minutos mas apareció él, salía del instituto y no parecía de muy buen humor, me vio sentada en el banco y vino hacía mi:
– ¿Qué haces aquí?- preguntó.
– Espero a que me vengan a buscar.
– Pues ya llegan un poco tarde.
– Sí, lo se. Creo que mi padre se ha olvidado de mi.
– ¿Te llevo?
– ¿Cómo?
– En mi moto, claro.
– No tengo casco.
– Yo tengo dos.
– Bueno...no quiero molestarte.
– No me molestas, si me molestara no te lo hubiera ofrecido.
– ¿Seguro?
– Claro vamos.

Me ofreció su mano y yo la acepté, nos montamos en su moto y él me preguntó si me apetecía ir a dar una vuelta, le dije que si. Cuando arrancó tuve un poco de miedo por lo que me abracé a él, estuvimos un rato montados hasta que Rafa detuvo la moto y me invitó a merendar, nos sentamos en una mesa y estuvimos charlando, me preguntó por mi vida y le dije la verdad, que había llegado a vivir con mi padre porqué mi madre había muerto, él me escuchó sin hacerme preguntas ni tampoco sin intentar buscar las palabras que me animaran, cuando terminé de contarle lo que me había pasado yo estaba llorando, me avergoncé y él me dijo que no tenía porqué avergonzarme, entonces puso la palma de su mano contra mi mejilla y limpió mis lágrimas con su pulgar.
Seguimos hablando mucho mas rato, esta vez de él, me enteré de que vivía con su madre, su padrastro y su hermano mayor, me explicó lo que le gustaba, estar con sus amigos, jugar al fútbol o a los videojuegos y salir de fiesta por ahí, la verdad es que nuestros gustos no coincidían en nada, pero yo me sentía a gusto con él.
Cuando vi la hora que era le pedí que me llevara a casa y así lo hizo. Cuando llegamos me acompañó hasta la puerta y me besó, yo hubiera tenido que detener ese beso, pero no lo hice, simplemente rodeé su cuello con mis brazos y dejé que me besara. Finalmente separó sus labios de los míos y sonrió, yo le devolví la sonrisa. Entonces me preguntó si podía pasar por mi por la mañana y yo acepté. Supongo que fue así como empezamos a salir.

Los primeros meses fueron geniales, Rafa era genial, él devolvió mi sonrisa e hizo que volviera a vivir mi vida de nuevo, me presentó a sus amigos y ahora salíamos todos juntos, en el instituto supongo que yo le ayudé a centrarse un poco mas puesto que no faltaba a tantas clases como antes y si faltaba a alguna era porqué estaba conmigo.
El día en que conocí a su familia fue bastante duro, estábamos en su casa los dos solos, en su habitación y bastante acaramelados, aun no había hecho el amor con él porqué yo era virgen y él me dijo que no le importaba esperar, que no hiciésemos el amor no significaba que no pudiéramos hacer otras cosas, estábamos los dos en ropa interior encima de su cama besándonos cuando oímos ruidos, nosotros simplemente nos vestimos con rapidez y salimos de la habitación, ahí, tirada en el comedor estaba su madre, borracha. Rafa fue a ayudarla inmediatamente y yo me quedé plantada ahí, sin saber que hacer, Rafa ya me había contado que tenía problemas con su familia pero yo no sabía que eran tan graves. Cuando Rafa fue a ayudar a su madre ella empezó a decirle cosas realmente espantosas, le dijo que no era su hijo, que era un mal nacido, un inútil y no se cuantas cosas mas. Rafa me lanzó una mirada de disculpa y llevó a su madre hasta su habitación, salió después de unos minutos:
– Bruna siento mucho que hayas tenido que ver esto.
– No te disculpes Rafa, no tienes nada por el que hacerlo.
– Es solo que mi vida es una mierda.- se sentó en el sofá y yo fui inmediatamente a su lado.
– No hables así cariño, yo te quiero.
– Yo también a ti.- me abrazó.- cuando cumpla los 18 me voy a ir de aquí ¿vendrás conmigo?
– Voy a seguirte hasta el fin del mundo.

Rafa me besó apasionadamente y volvieron a interrumpirnos, esta vez era su hermano que nos miraba con una sonrisa burlona, le dijo a Rafa que había escogido muy bien y luego me lanzó una mirada lasciva, Rafa me sacó de allí.
Luego las cosas se siguieron complicando, mi padre un día me preguntó que porqué llegaba siempre tan tarde a casa, le dije la verdad, que estaba saliendo con alguien. Mi padre quiso que se lo presentara así que organizamos una cena en casa. A mi padre no le gustó nada así que me prohibió verle y yo estuve constantemente castigada porqué no le hice caso y me escapaba para estar con él. Fue un día de esos en que por fin hicimos el amor, fue maravilloso, Rafa fue muy tierno conmigo y no hubiera podido fantasear con una primera vez mas perfecta, no fue en un lugar bonito, ni romántico pero fue con él y eso era lo único que me importaba. A partir de ese día fue prácticamente imposible que dejáramos de hacerlo un solo día, descubrí un nuevo Rafa, el Rafa amante y la verdad es que era sensacional, la primera vez fue tierno pero todas las otras fue apasionado, salvaje, sexy, rudo y también tierno, cada vez que lo hacíamos era una experiencia nueva y pensé que jamás me cansaría de hacer el amor con él.

Llegó el día del cumpleaños de Rafa, por fin cumplía los 18, él quería largarse lo mas lejos posible, tenía dinero ahorrado pero decidió esperarme a mi, mi cumpleaños no era hasta dos meses después y coincidía con el final del curso, esperamos y cuando por fin llegó mi cumpleaños hice las maletas, mi padre intentó impedírmelo, pero nuestra relación se había degradado tanto que no le hice ningún caso.
Rafa y yo nos fuimos en un autobús a comenzar a un lugar nuevo, lejos de todo, lejos de mi padre y lejos de su familia. Él ya había encontrado un pequeño piso para nosotros y también tenía un puesto de trabajo en una fábrica, no era mucho, pero para nosotros era suficiente, cuando nos instalamos yo también busqué un trabajo y aunque al principio no tuve suerte encontré trabajo de camarera después de dos meses. Fuimos muy felices durante un año, todo nos iba bastante bien, no teníamos mucho dinero pero entre los dos nos las apañábamos, la cosa empezó a complicarse cuando me quedé embarazada, no lo planeamos y ni siquiera lo queríamos, simplemente sucedió. Cuando se lo dije yo estaba echa un manojo de nervios pero él me dijo que estuviera tranquila, que encontraríamos la forma de que todo funcionara.

Nueve meses después di a luz a la niña más hermosa del mundo, le pusimos Sara, como a mi madre y la verdad es que yo no podía estar más feliz, tenía una hija maravillosa del hombre al que amaba con locura. Los primeros meses fueron difíciles pero salimos adelante, los demás bueno...no nos llegaba el dinero ya que un bebe llevaba muchos gastos. Fue entonces cuando empezaron las discusiones, yo me mataba a trabajar y él también, no diré lo contrario, pero cuando llegaba a casa todo el trabajo era para mi, la casa y la niña, encima debíamos dos meses de alquiler y estaban apunto de cortarnos la luz. Busqué otro trabajo después del que ya tenía, empecé a trabajar en una empresa de limpieza por la noche, aun así, no llegábamos.
De repente, un día Rafa empezó a traer a casa bastante dinero, le pregunté de donde salía y me dijo que se lo había prestado un amigo de la fábrica, luego me enteré que estaba traficando con cocaína. Me enfadé, yo no quería que él hiciera eso pero después de discutir durante horas me hizo ver que no teníamos otra salida, lo hacíamos por necesidad. Al final me vi involucrada yo también. Era cierto que podíamos pagar todas las facturas a tiempo, comprar cosas para Sara e incluso darnos algún pequeño capricho para nosotros pero el negocio era peligroso, tan peligroso que Rafa acabo consumiendo a diario cocaína, me disgusté muchísimo cuando me enteré, le dije o que lo dejaba o ya nos había visto suficiente a mi y a la niña, él prometió dejarlo pero dijo que iba a necesitar mi ayuda, se la brindé pero aun así las cosas no fueron bien. Él seguía enganchado y yo hacía la vista gorda porqué lo amaba con locura.

Meses después nos propusieron un negocio, consistía en traer 5 kilos de cocaína desde Colombia, al principio no lo vi nada claro, pero como siempre Rafa me convenció, el problema era que ese viaje lo debía hacer yo y con mi hija, dijeron que así no sospecharían. Sara y yo viajamos a Colombia y pasamos el control del aeropuerto de allá pero no pasamos el de aquí. Yo con 21 años terminé en la cárcel y Rafa terminó muerto, no pudo pagar el coste la cocaína que nos habían embargado al pillarme en el aeropuerto así que lo mataron. A Sara la enviaron a vivir con mi padre y fue entonces cuando me di cuenta de lo estúpida que había sido y de todo lo que había perdido por el camino.

Amé a Rafa como a nadie, él fue el amor de mi vida pero fue el mismo amor de mi vida quien destruyó esa vida. Si yo hubiera sido más responsable...si le hubiera dicho que no cuando empezó a traficar, si no hubiera hecho ese maldito viaje a Colombia, las cosas hubieran sido diferentes. Ahora no tenía nada, no le tenía a él ni tampoco tenía a mi hija, mi padre no me hablaba y no quiso llevármela a la cárcel para que pudiera verla. Mientras estaba en la cárcel reflexioné y decidí volver a estudiar, en la cárcel se podía hacer eso, así cuando saliera podría intentar encontrar un trabajo y recuperar a mi hija. Esa era mi meta.

Hoy, ocho años después salgo de la cárcel con el título de derecho debajo del brazo, voy a ir a ver mi padre, a intentar explicarle que quiero a mi hija y que todo lo que hice lo hice porqué era joven y estúpida, y voy a ver a mi hija a la que no he visto en todo este tiempo, espero que me reconozca porqué la amo con locura, si me odia...no la culparé pero intentaré que me perdone.
Antes de hacer este viaje tengo otra parada primero, la tumba de Rafa.

Voy al cementerio y encuentro su tumba, lloró, sí, lloro porqué a pesar de todo lo malo aun le quiero y siempre le voy a querer, me disculpó por no haberte sabido frenar cuando lo necesitaste, en parte ha sido todo culpa mía, el que tu murieses, el que yo fuera la cárcel y el que me quitaran a Sara. Espero que estés donde estés me perdones, yo lo he hecho, no te guardo ningún rencor, perdóname por intentar rehacer mi vida, no creo que pueda volver a amar a alguien pero si así lo hago no me lo tengas en cuenta, tú has sido mi primer amor. Ahora cariño tengo que irme, he de recuperar a nuestra hija y hablarle de ti, decirle que aunque a veces eras un poco tonto eras maravilloso y que todo lo que hiciste lo hiciste por nosotras, también le diré lo mucho que la querías, no te preocupes.

Puede que la gente no entienda nuestra historia de amor, pero para mi es la mas intensa que alguien pueda tener, pasó todo demasiado deprisa y éramos muy jóvenes, ambos teníamos problemas, ese fue el error. Aun así si volviera a pasarme, si volviera a encontrarte no podría evitar volverte a amar.
Te amo y te amaré siempre, Bruna.

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